jueves, 11 de octubre de 2007

Buscando piso

En vista de lo poco fructíferas que han sido las iniciativas de nuestro supervisor en lo que a la búsqueda de nuestro piso se refiere, hoy hemos decidido intentar hacerlo nosotros mismos.

El proceso de búsqueda de piso aquí es un tanto peculiar. El futuro inquilino, carente de red social que le haga el trabajo, debe pasearse por las calles del barrio seleccionado (para nosotros será Plateau, que es donde vamos a currar) escudriñando los diferentes balcones y terrazas hasta dar con unos que parezcan pertenecer a una casa deshabitada (no plantas, ventanas cerradas y pinta cutrilla). Es en este momento cuando, esperanzado, el buscador de hogar (Leti y yo en este caso), deberá preguntar en las casas de los vecinos y comercios cercanos si el piso elegido está verdaderamente deshabitado. Llegados a este punto pueden pasar varias cosas: o que el piso no esté deshabitado, en cuyo caso el buscador continuará el proceso en las casa restantes; o que esté deshabitado pero el dueño no aparece aunque debería estar aquí, ergo vuelvan mañana; o que no sólo sea ese piso el que esté deshabitado sino todo el bloque y nadie conoce al dueño y nadie sabe nada, ergo vuelvan mañana o ya pasado si eso o cuando a ustedes les apetezca que las posibilidades son remotas.

Ni que decir tiene que nuestro primer día de búsqueda de piso ha sido esteril, aunque varios vecinos tienen ya nuestro teléfono. En un momento de desesperación hasta se nos ha ocurrido meternos en una inmobiliaria para percatarnos de que pisos baratos en Plateau no tienen, pero se están dedicando a vender las playas (literalmente) de Boavista para construir hermosos e insostenibles complejos residenciales.

Quizá al Pozero le pudiera interesar.

miércoles, 10 de octubre de 2007

Visita a los Centros de Juventude

Hemos ido con la Secretaria General de Juventud y el Coordinador de los Centros Jóvenes a visitar varios de los centros de la isla. Da la impresión de que nos han llevado a los que en mejores condiciones están porque estaban genial montados. Son centros integrales de atención a la juventud, donde a parte de tener espacio para hacer las actividades que propongan los propios jóvenes, tienen un gabinete de educación sexual, una sala de internet y varios cursos de formación y búsqueda de empleo. Hemos estado también en un Centro Joven en construcción en el concejo de Santa Catalina (en el centro de la isla). La verdad es que tiene muy buena pinta el proyecto, a ver en qué podemos echar una mano.

lunes, 8 de octubre de 2007

El burro delante...

Bueno, hay algo en esto de ser voluntario universitario de la ONU que yo no sabía antes de venir, y es que participamos en los actos protocolo-publicitarios. El primero de ellos esta mañana, con el segundo del embajador de España, el director de la OTC (Oficina Técnica de Cooperación), algunos de nuestros supervisores y la Coordinadora residente de UN. La dinámica del acto era que todas las partes debíamos agradecernos mutuamente y decir lo contentísimas que estamos con esta iniciativa.

Pues bien, resulta que esto del protocolo tiene un orden, es muy sencillo: primero hablan los importantes y luego los mindundis. Nosotr@s, obviamente, formamos parte de estos últimos y yo, infeliz de mi, me había envalentonado erigiendome en portavoz de mis compañer@s. El contenido del mensaje era muy facil, cuatro palabras preparadas la noche anterior agradeciendo a todas las partes y qué bien lo vamos a pasar y qué felices somos.

Llegado el momento suelta su discurso la Coordinadora Residente diciéndonos que muy bien, que espera que sea una gran experiencia y que es un placer tenernos aquí, tod@s aplaudimos y entonces se produce un momento de gran espesez mental: yo, obcecado con demostrar a los presentes nuestra buena disposición, agradecerles sobremanera y besar sus posaderas me lanzo a comenzar mi preparada perorata mientras observo como Bárbara (la P.O. de UNV) intenta decir algo. Ante esta interrupción vuelvo a comenzar de nuevo siendo otra vez interrumpido por Bárbara que sigue intentando hablar, persistentemente vuelvo a comenzar sin oir muy bien lo que Bárbara intentaba decir hasta que oigo detrás mío a Cristina (otra de las voluntarias) que me grita: "¡FERNANDO! ¡FERNANDO! ¡Ahora no!". En ese momento, como tocado subitamente por la lucidez, bajo la cabeza, me miro los pies, y escucho atentamente como el director de la OTC y el segundo del embajador sueltan su discurso para después, no sin una sonrisa general, oir a Bárbara como dice: "Y ahora los voluntarios también desean decir unas palabras".

En fin, son cosas del protocolo.

sábado, 6 de octubre de 2007

Semos guiris



Por la mañana, después de una sensibilizadora ducha con garrafa y vaso, nos vamos a comprar ropa interior y cosillas de primera necesidad. La verdad, lo de la ducha es un ejercicio interesante, creo que aquí voy a aprender a valorar el agua como el bien escaso que es, y algo me dice que no va a ser la última vez que me duche así en estos seis meses.

Llegamos a Plateau, uno de los centros de la ciudad, en lo que parece ser la calle principal todas las tiendas de ropa están regentadas por chinos, eso sí, empleando a la población local, pero no te encuetras otra oferta textil que no sean estas tiendas muy parecidas a los "Todo a 100" de Madrid. Después nos enteraremos que hay otro mercado de ropa en otra parte de la ciudad con muchas cosas de segunda mano, pero de momento lo que nos cuentan, y lo que nos parece, es que han engullido el sector textil caboverdiano.

En Plateau también hay un mercado de alimentación, un montón de puestos de fruta y verduras mezcladas con pescado, algo de carne y un montón de especias. Bullicioso, alegre y colorido, está situado en un recinto cerrado por varios locales que son pescaderías, carnicerías y una tienda de comida precocinada (habrá que probarla más adelante). El mercado tiene sólo dos entradas en los extremos así que lo atravesamos varias veces husmeando, observando y rechazando varias ofertas amables de venta. No me siento en ningún momento avasallado pero sí es verdad que se acrecienta la sensación de ser guiri, espero irla reduciendo con el tiempo, aunque no podré quitarme la etiqueta de "branquinho".

A media mañana vamos para Cidade Velha, a un cuarto de hora en "aluguer", estas furgonetas comunes en las ciudades latinoamericanas en las que por un módico precio te transportan apiñado junto con otras personas y mercancías. Cidade Velha fue la primera ciudad de todo Cabo Verde, la crearon los portugueses cuando aun estaban deshabitadas las islas y parece ser que fue un importante fuerte de la potencia colonial, su puerto era escala obligatoria en el viaje a Brasil. Hoy en día no queda mucho de la colonia: el fuerte, la catedral, un monasterio y algún edificio más. Por la tarde, después de darnos un baño y comer en un restaurante al borde del mar, nos hemos acercado hasta el monasterio, cuya iglesia fue restaurada hace un par de años por la cooperación española. Me siento muy guiri hoy.

En el camino de Praia a Cidade Velha vemos una vía rápida que se está construyendo para ir del aeropuerto a la antigua ciudad colonial. El asfalto nuevo contrasta bastante con el adoquinado que tapiza el resto de las carreteras y calles por las que hemos pasado hasta ahora y confirma la intención de convertir Cabo Verde en una potencia turística. Por la noche comentamos como nos da un poco de miedo ver cómo Cabo Verde parece estar copiando el ejemplo de desarrollo turístico insostenible de Canarias. Habrá que buscar alternativas.

Al llegar a casa ha vuelto el agua, uff, es el momento de lavarse la cabeza y vaciar el intestino, más proritario lo segundo que lo primero pues la cisterna con garrafas no es el mejor invento del mundo. Además han llegado tres maletas de las siete que perdimos, dos de ellas son mi macuto y mi tienda, esperemos que mañana lleguen las del resto.

viernes, 5 de octubre de 2007

Las no-maletas, la no-agua y las cataratas de la escalera

Llegamos al aeropuerto de Praia, al salir del avion por la escalerilla notamos la bofetada de calor, para quien tuviese alguna duda estamos en el trópico. La aduana la pasamos sin problemas, pero nos dimos de bruces con la cinta de las maletas que no se dignó a devolvernos las nuestras. Por lo visto es normal que en vuelos internacionales que llegan al aeropuerto de Praia algunas maletas lo hagan unos días después. Tras insistir en que sí, que queremos poner una reclamación, lo hacemos y nos salimos a donde nos espera el chófer rumbo a Praia.

Durante el camino Bárbara (la Program Officer, P.O., de United Nations, U.N.), nos cuenta que algun@s nos quedaremos en el hotel de un conocido y otr@s en casa de ella donde, desde hace una semana, no hay agua. Yo soy de los afortunados segundos, en fin, para que voy a querer ducharme si me voy a poner los calzoncillos del día anterior, visto así...

En casa de Bárbara (la Program Officer, P.O., de United Nations, U.N.) y en varios barrios de la ciudad no hay agua desde una semana. Pasa de vez en cuando, Cabo Verde es un país muy seco, hay pocos acuíferos subterráneos y llueve muy poco, este año en particular. El agua del grifo, además de cara, no es de muy buena calidad pues es agua desalinizada y poco tratada, por lo tanto es desaconsejable beberla. Supongo que en seis meses en algún momento de necesidad tendré que probarla, así que ya os contaré como responde mi aparato digestivo. Inesperadamente el agua vuelve mientras hemos salido a cenar, tan inesperadamente que el vecino de enfrente ha convertido la escalera de los pisos inferiores (estamos en un tercero) en una catarata doméstica, el agua sale por la puerta del portal. Aun así nosotros no hemos tenido suerte, una de las bombas del bloque además está estropeada, la nuestra, así que nos apañamos con garrafas rellenadas en casa de los vecinos.

Noticias de otro costal