jueves, 22 de noviembre de 2007

Las tortugas y el hambre

Cabo Verde es el tercer o el cuarto lugar del mundo donde más tortugas marinas anidan. A sus playas vienen ejemplares de cuatro o cinco especies distintas, todas ellas en peligro de extinción.

Pero el número de tortugas que vienen ha ido disminuyendo con el tiempo. Y es que, en años de sequía o en épocas en las que la pesca no es abundante, el único medio que encuentran para subsistir muchos caboverdianos de pueblos de la costa es vender la arena de las playas, y cuando las playas de arena escasean las tortugas no encuentran dónde poner sus huevos.

A veces, cuando el hambre aprieta lo suficiente y hay una familia que alimentar, si una tortuga se pasea por allí en el momento menos oportuno puede llegar a convertirse en el salvavidas alimenticio para esa familia.

Y yo, que nunca he pasado hambre con mayúsculas, no me atrevo a juzgarlo.

Por eso de vez en cuando te puedes encontrar en una pensión cutre de la costa un caparazón vacío que te ponga los pelos de punta...

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